Luis Arce, experto economista que sirvió durante muchos años – en los gobiernos de Evo Morales al frente de Bolivia – como Ministro de Economía y Hacienda, asumió ayer como nuevo presidente de su país, electo como candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), con más del 50% de los votos.
Arce califico como “brutal” y “golpista” al anterior gobierno interino en Janine Añez y crítico el accionar de la Organización de Estados Americanos (OEA) que tuvo un papel fundamental para acusar al expresidente Evo Morales y su gobierno de fraude electoral en la primera vuelta de las elecciones de octubre de 2019. Esa acusación junto a las de Unión Europea fueron cruciales en la caída de Morales y a la instalación de un gobierno transitorio al frente de Añez con la promesa de convocar a elecciones en el menor plazo posible.
Después de prestar juramento en el Congreso, Arce dijo que su gobierno estará orientado a servir “al pueblo boliviano, a intereses colectivos y no a intereses mezquinos e individuales”.
También señalo en referencia a su política exterior que: “Queremos trabajar con todos por un mundo multipolar sin supremacía de ninguna potencia”, dijo el domingo y postuló la “recuperación de la Unión de Naciones del Sur (UNASUR)”, el bloque de naciones que fue creado por gobiernos denominados como progresistas de izquierda en la región.
En la asunción estuvieron presentes el Rey Felipe de España y los presidentes Alberto Fernández de Argentina, Iván Duque de Colombia, Mario Abdó Benítez de Paraguay, el canciller de Uruguay, Francisco Bustillo y el canciller de Irán, Mohammad Yavad Zarif. También estuvo el expresidente Carlos Mesa, rival de Evo Morales en las elecciones de otubre de 2019 y de Arce en las de octubre de este año.
Una de las dudas sobre el nuevo gobierno de Arce es si la próxima presencia de Evo Morales en el país hará que se su poder sea recortado y el expresidente se convierta en el poder detrás de las sombras. El profesor boliviano de ciencia política Carlos Cordero señalo al respecto que “Morales puede ser un buen aliado o el mayor rival político de Arce”. Arce por su parte, antes de asumir dijo que no sería así que el gobernaría sin presión de Morales.
Otra faceta de sus retos es la polarización política y en particular algunas regionales como con la región de Santa Cruz, la región más rica de Bolivia, y donde el MAS es minoría. Parte de su tarea será sanar las heridas políticas de los últimos años y unir el país tras de un proyecto común”, aprecia Michael Shifter, de Diálogo Interamericano, de Washington D.C.
Es bastante generalizado la visión desde el exterior que el gobierno de Arce tendrá una línea de acción más moderada tanto en lo político como en lo económico que los de Evo Morales en la primera y segunda década de este siglo. No obstante, tendrá una presión muy grande de las bases más radicalizadas del MAS que buscarán otro curso para su gobierno.
Arce ya reconoció que su primera tarea será la de resolver la crisis socioeconómica a la que tildó como la peor recesión en 40 años, como consecuencia de los efectos de la pandemia. La caída del PIB Bolivia podría llegar este año según la CEPAL a un 11% y eso haría aumentar el número de pobres. “Arce es economista que tiene muy claro los enormes desafíos que el país enfrenta”, señaló también Shifter.
“Tendrá que abordar los desequilibrios macroeconómicos y al mismo tiempo reactivar la economía después de una fuerte recesión”, dijo por su parte a The Associated Press Rodrigo Riaza, analista de The Economist. “Muchos en el vecindario pensarán que Arce significa una segunda oportunidad para el socialismo del Siglo XXI, pero son otros tiempos”, agrego. Ya el valor de las materias primas – como el cobre – que Bolivia exportaba a muy buenos precios hoy no lo están.
El primer encontronazo con la oposición fue con la principal bancada de la oposición, del partido Comunidad Ciudadana, del expresidente Carlos Mesa que abandonó la ceremonia antes de que Arce asumiera debido a que la Asamblea Legislativa dominada por el MAS decidió eliminar el requisito de la necesidad de del voto de 2/3 para aprobar asuntos de Estado fundamentales referidos a la justicia y los órganos electorales. El MAS, aunque gano con gran facilidad no logro obtener votos para alcanzar un número de legisladores que le diera automáticamente los 2/3. (Fuente: Infobae y Página Siete)