Aunque inicialmente América Latina no era una prioridad de la política exterior del gobierno estadounidense que preside, Joe Biden, no pocos fenómenos hacen que deba dar vuelta la cabeza y poner sus ojos en el continente al sur del Río Bravo. Asi lo comenta el diario New York Times poco tiempo atrás.
La crónica del diario neoyorquino señala que apenas un día después de pasadas las protestas y represión sobre las mismas del régimen comunista de Cuba, Biden acuso al mismo de faltar a sus responsabilidades por la pandemia en su país, señalado la represión política y el sufrimiento económico
Ese mismo día el Departamento de Estado revocaba las visas de 100 políticos, jueces y familiares nicaragüenses sancionándolos así por calificarlos como cómplices de “socavar la democracia, reprimir protestas pacíficas o abusar de los derechos humanos.
La situación en Haití hizo que Biden también debiera ocuparse de la situación en dicho país e “instó a sus líderes políticos a “unirse por el bien de su país”, luego del magnicidio con el asesinato del presidente Jóvenes Moïse.
Ante el pedido de las autoridades haitianas de que EEUU interviniera en su país, Biden señalo que ““Estados Unidos está preparado para seguir brindando asistencia”, Y prometió dar más detalles sobre Haití y Cuba más adelante: “Estén atentos”, agregó, según la crónica del New York Times
La situación de la democracia republicana preocupa dada la inestabilidad política y social en América Latina. Patrick Ventrell, director de política centroamericana del Departamento de Estado estadounidense dijo al NYT que “La tendencia clara es que a lo largo del tiempo hemos estado muy preocupados por las instituciones democráticas”. Ventrell comento que más de siete naciones de Centroamérica enfrentan empujes autoritarios de socavar la democracia.
El informe del NYT señala que “la influencia de Estados Unidos comenzó a disminuir en la región durante la última década, a medida que la atención se dirigía hacia la lucha contra el terrorismo en Medio Oriente y regresaba solo cuando Rusia y China se involucraban en el financiamiento de proyectos y ofrecían respaldo político u otros apoyos”.
A su vez Ryan C. Berg, investigador principal y académico en el programa de las Américas en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, señalo “que China era ahora el principal socio comercial de al menos ocho naciones latinoamericanas, y que 19 países de la región eran parte del ambicioso proyecto de inversión e infraestructura de Pekín, conocido como la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda”. La Ruta de la Seda, la Nueva Ruta de la Seda es un megaproyecto de China de crear una red comercial entre Asia, África y Europa. Más de 70 países ya forman parte de esta nueva iniciativa que podría cambiar el orden mundial en favor de China Popular.
“Olvidamos construir sobre los movimientos democráticos incipientes y que habrían podido canalizar parte de la ira social que estamos viendo ahora y que se traduce en levantamientos, en combatir la corrupción, en poder ofrecer a la gente beneficios socioeconómicos tangibles”, dijo Berg. “No entendemos la región de la misma manera en que solíamos hacerlo”, agregó.
Por su parte un análisis de Brookings Institution indica que hace una década, Estados Unidos no detectó ningún “problema urgente” que se propagara por América Latina y el Caribe. Si bien era cierto que la inmigración ilegal, el narcotráfico eran preocupación ahora el haz de dolores de cabeza aumento.
Funcionarios de la diplomacia de EE. UU “insistieron en la importancia de que el gobierno de Biden advirtiera a Nicaragua y a otros países latinoamericanos de la preocupación cada vez mayor de Estados Unidos por los desafíos a la democracia en la región”, dice el NYT.
“Seamos honestos: las democracias son frágiles. Lo reconozco absolutamente”, afirmó por su parte Samantha Power, administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, en un discurso el mes pasado en la Universidad Centroamericana en San Salvador. Power agregó que “es tan importante luchar contra la corrupción, luchar contra el comportamiento autocrático en cualquier lugar en el que ocurra, porque estas acciones pueden crecer con rapidez para amenazar la estabilidad, amenazar la democracia, amenazar la prosperidad”.