En la madrugada del domingo 6 de diciembre falleció el doctor Tabaré Vázquez, quién fuera el primer presidente de izquierda de Uruguay, ejerciendo el gobierno en dos oportunidades (2005-2010 y 2015-2020)
Tabaré Ramón Vázquez Rosas, nacido en Montevideo el 17 de enero de 1940, observador y de habla suave, gustaba del fútbol, el boxeo, la pesca y las charlas con sus íntimos en torno a un fogón montaraz, dice una crónica del diario El Observador de Montevideo.
Nieto de gallegos e italianos, era un miembro de la meritocracia que aún pudo emerger por valor, esfuerzo y talento mientras agonizaba el Uruguay estatista y burocrático de la primera mitad del siglo XX. Su padre, Héctor Vázquez, fue obrero de frigoríficos en la zona del Cerro, empleado de la refinería de ANCAP en La Teja y dirigente sindical: primero afín al Partido Nacional y luego socialista.
Desde adolescente y por varios años, Tabaré trabajó en una licorería de la firma distribuidora Carrau y Compañía. En 1963 ingresó a la Facultad de Medicina y se casó en 1964 con María Auxiliadora Delgado recibiéndose de médico en diciembre de 1969.
Tabaré y María Auxiliadora, quien fue empleada de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios hasta que se jubiló en 1992, tuvieron tres hijos: Álvaro (1966), Javier (1967) e Ignacio (1970), y adoptaron a Fabián Barbosa cuando tenía 13 años.
Hasta 1971 trabajó en Sanidad Policial, mientras hacía un posgrado en oncología y radioterapia. Renunció cuando el clima político se le tornó opresivo debido a la detención de su hermano menor, Jorge Vázquez
Jorge Vázquez, un enfermero casi cinco años más joven, fue uno de los jefes del OPR-33, un grupo guerrillero menor, de tendencia anarquista, responsable del robo de la bandera de los Treinta y Tres Orientales en el Museo Histórico en 1969, y de una serie de rapiñas y secuestros extorsivos. Jorge permaneció en prisión más de una década a partir de 1972.
Tabaré Vázquez se especializó en el Instituto Gustavo Roussy de París entre 1976 y 1977, becado por el gobierno de Francia. Tuvo vasta actividad docente universitaria en la década de 1970, y en 1985 ocupó el cargo de profesor-director del área de Radioterapia del Departamento de Oncología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República. En 1981 fue jefe del Departamento de Radioterapia del Instituto de Oncología, cargo que ganó por concurso, y luego presidió el mismo Instituto.
Trabajó en varias mutualistas, entre ellas la Asociación Española, donde forjó una estrecha relación con el gerente general, Óscar Magurno, un personaje del Partido Colorado y de la Masonería. A partir de 1986 montó en sociedad una clínica privada (COR: Centro de Oncología y Radioterapia), que luego adquirió gran prestigio y mucho poder político, burocrático y empresarial.
En 1979 asumió la Presidencia del Club Atlético Progreso, un modesto equipo de fútbol del barrio La Teja de Montevideo, que había sido fundado en la casa de sus abuelos paternos y que competía en la Segunda División. Ese año Progreso fue campeón y ascendió a la Primera División profesional. En 1985 ganó el torneo Competencia, en 1987 participó por primera vez en la Copa Libertadores de América y en 1989 conquistó el Campeonato Uruguayo de Primera División, en un torneo breve que se jugó a una sola rueda.
Tabaré Vázquez fue gestor fundamental de El Arbolito, en La Teja, un típico club barrial, con equipo de fútbol, cancha de bochas y cantina, al que agregó una policlínica de atención médica gratuita. También presidió la Liga Universitaria de Deportes en 1985 y la Confederación Sudamericana Universitaria. Ya en ese año Vázquez abandonó el fútbol para pasarse a la política activa. En 1983 se había afiliado al Partido Socialista al que renuncio posteriormente durante su primera presidencia (2008)
No solamente no había sido militante de izquierda, sino que, por el contrario, hizo crecer su carrera profesional y académica durante la dictadura en una Universidad intervenida, para lo cual mantuvo vínculos con el poder cívico-militar”, incluso en la organización del “Mundialito” de fútbol 1980-1981, escribió el periodista Sergio Israel en Tabaré Vázquez – Compañero del poder, libro biográfico publicado en 2018.
En las elecciones nacionales de noviembre de 1984, las primeras tras casi doce años de dictadura, Vázquez ocupó un modesto lugar 16º en las listas del PS, casi de relleno, y en 1987 se integró al Comité Central. La relación de Vázquez con la coalición de izquierda, Frente Amplio se fue haciendo cada vez más fuerte hasta liderarla y lograr llevarla al poder.
También en 1987 se sumó como tesorero a la Comisión Nacional pro-Referéndum, creada para derogar la ley de Caducidad de diciembre de 1986, una amnistía para policías y militares que cometieron abusos durante la dictadura. El referéndum se celebró el 16 de abril de 1989 y, aunque finalmente el 58% de los ciudadanos respaldó la ley de Caducidad, Tabaré Vázquez logró prestigio por su capacidad de gerenciamiento.
En las elecciones municipales de 1989, realizada en forma conjunta con las presidenciales y legislativas, Tabaré Vázquez es electo como Intendente de Montevideo, la capital del país y donde vive aproximadamente la mitad de la población uruguaya.
Vázquez, quien fue intendente desde el 15 de febrero de 1990 hasta su renuncia el 5 de julio de 1994, para ser candidato a la Presidencia de la República, desarrolló un liderazgo expeditivo y muy personal, sin mayor apego a los dogmas ideológicos tradicionales de la izquierda.
Oscar Bottinelli, quién fuera secretario de quién fuera el primer presidente del FA, el Gral.(r) Líber Seregni, se refirió a su estilo en el diario El Observador del 21 de noviembre de 2004: “Funciona sin problemas cuando hay una aceptación tácita a su autoridad y su estilo. Y cuando hay esa aceptación tácita, ese ermitaño se transforma en un hombre que oye los consejos (sin dar señales de haberlos oído) y los aplica (para sorpresa de los consejeros, que creyeron haber hablado en vano)”.
En las elecciones de 1994, Tabaré Vázquez fue candidato a la presidencia por el Encuentro Progresista- FA perdiendo frente al expresidente Julio María Sanguinetti. Amplio fueron abandonados silenciosamente.
Vázquez jamás temió incurrir en contradicciones, oscilar entre posiciones moderadas y radicales, según su conveniencia, y en reivindicar a la vez a José Batlle y Ordóñez, a Aparicio Saravia, al “Che” Guevara y al papa.
Volvió a presentarse como candidato a la presidencia en noviembre de 1989 ganando en primera vuelta frente al Dr. Jorge Batlle, pero perdió frente a él en un balotaje.
En 1999, antes de las elecciones nacionales, prometió “nada de nostalgia socialista” y no ir “contra el sistema económico establecido”. En diciembre de 2000 aún decía que la opción era entre capitalismo y socialismo, pero al año siguiente –“renovación ideológica” mediante– hablaba de más mercado y menos Estado. En julio de 2001 tuvo un altercado en Fray Bentos con un grupo de una Unión de Trabajadores Desocupados que le exigió que se definiera entre el marxismo y la socialdemocracia.
La profunda depresión económica iniciada en 1999 con la abrupta devaluación de la moneda de Brasil, y el posterior derrumbe de Argentina, condicionó severamente al gobierno del Partido Colorado, aliado al Partido Nacional, arrastrando el Uruguay a una profunda crisis tal vez la más grave del siglo XX.
Una de las cosas que se cuestiona a Vázquez, es que fue partidario – durante esa crisis de 2002 – que el país entrara en “default” con su deuda pública, pero el gobierno de Batlle con el apoyo de EE. UU logro un acuerdo con el FMI evitado entrar en un impago. Esto permitió que el país volviera a crecer lo que permitió que el FA con Vázquez a la cabeza recibiera el país saliendo de la crisis con crecimiento económico y un déficit fiscal a la baja.
En las elecciones de 2004, Tabaré Vázquez amplio las alianzas de la izquierda atrayendo es dirigentes de los partidos tradicionales. El candidato a la vicepresidencia fue Rodolfo Nin Novoa, proveniente del Partido Nacional y el anuncio realizado desde Washington D.C que el senador Danilo Astori sería su Ministro de Economía si ganaba las elecciones afirmó la confianza entre la ciudadanía uruguaya que un gobierno de la izquierda no sería algo improvisado ni radical.
El 31 de octubre de 2004, la fórmula Vázquez-Nin Novoa triunfó en primera vuelta con el 50,45% de los votos; y la coalición de izquierdas, creada en 1971, obtuvo mayoría parlamentaria por sí sola.
Entre los cambios más importantes de su gobierno se encuentran una reforma tributaria y reintrodujo el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas, lograr la continuidad o profundización de la estabilidad macroeconómica pese a las presiones de los sectores más radicales y ortodoxos del FA. Creó el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), que concentró las transferencias a los sectores más vulnerables de la población (desde un “plan de emergencia” a un “plan de equidad”), se puso en marcha un Sistema Nacional Integrado de Salud y se reanudó y amplió la convocatoria a los Consejos de Salarios.
Vázquez también llevó una gran ofensiva contra el tabaco, y prohibió fumar en todos los ámbitos públicos y privados, salvo el hogar y la calle. En 2008 vetó una ley aprobada por el Parlamento, a iniciativa del Frente Amplio, que permitía el aborto. Defendió su veto con argumentos científicos señalando que existía vida desde la gestación.
En 2007 se puso en marcha el Plan Ceibal por el cual cada alumno y maestro de las escuelas públicas accedieron en forma gratuita a una computadora portátil con conexión a Internet, según el programa One Laptop Per Child (OLPC) liderado por el científico estadounidense Nicholas Negroponte. Este plan, por lejos el más popular del primer gobierno del Frente Amplio, luego se extendió a alumnos y docentes de Enseñanza Secundaria y UTU.
Entre 2003 y 2014 la economía uruguaya se benefició de uno de los ciclos de bonanza económica más largos de su historia moderna: un crecimiento sostenido a altas tasas, basado en las exportaciones agroindustriales (carnes, soja, celulosa, lácteos, cereales), el turismo y algunas inversiones muy grandes, como en la industria forestal. Este ingreso aumento la recaudación fiscal pero el número de funcionarios públicos creció 30% entre 2005 y 2018.
Las encuestas mostraron que los aspectos más cuestionados del primer gobierno de Vázquez fueron los planes de asistencia en dinero sin contrapartidas en trabajo, y la creciente inseguridad por el delito. Las políticas de inspiración socialdemócratas, y la fuerte inserción en el aparato del Estado, transformaron al Frente Amplio en una suerte de sustituto histórico del Batllismo, el sector político predominante en Uruguay durante buena parte del siglo XX.
En 2005, Vázquez firmó con Estados Unidos un Tratado Bilateral de Inversión, que se negociaba desde 2003. De inmediato comenzó a discutirse la posibilidad de sellar un Tratado de Libre Comercio (TLC), idea que entusiasmó al presidente y al ministro de Economía. Vázquez “es un estadista capaz y moderado”, informó un diplomático estadounidense a su gobierno en 2006. “Ha favorecido un enfoque pragmático de las relaciones exteriores, mucho más similar al de (Ricardo) Lagos que al de Kirchner o Chávez”. El posible tratado con los EE. UU. naufrago por la oposición de los sectores más a la izquierda de su gobierno y la amenaza de veto de sus socios del MERCOSUR, Argentina y Brasil.
Años después, en octubre de 2011, invitado por el profesor Lincoln Maiztegui, Vázquez contó ante un grupo de estudiantes liceales: “Un día (el presidente venezolano) Hugo Chávez me dijo: ‘Tabaré: ¿Va a firmar un TLC con el imperio, y no sé cuánto y no sé qué?’. Entonces le respondí: ‘Sí, si es favorable para Uruguay, sí (…). Pero si vos no le vendés más petróleo, entonces yo le declaro la guerra a los Estados Unidos’”.
En esa misma oportunidad, ante los jóvenes, narró que la posibilidad de una acción militar de Argentina contra Uruguay por la construcción de la fábrica de celulosa de Botnia en Fray Bentos hizo que solicitara el respaldo de la Casa Blanca. Por ello el presidente George W. Bush visitó Uruguay en marzo de 2007. “Si me necesitas, llámame”, le dijo el estadounidense a su par uruguayo: “Puedes contar conmigo”. Bush también afirmó en público: “Si Uruguay necesita alguna cosa solo tiene que levantar el teléfono y pedirlo, porque cuenta con Estados Unidos”.
Vázquez entrego el poder el 1 de marzo de 2010 a José Mujica, candidato del Frente Amplio y se retiró del gobierno con un grado muy alto de popularidad. “Las circunstancias políticas y la biología dirán”, respondió al ser consultado sobre si se postularía de nuevo en 2014.
En las elecciones de 2014 fue nuevamente candidato presidencial por el FA siendo su compañero de fórmula un dirigente de la izquierda más joven, Raúl Sendic, quién tuviera que renunciar en 2017 debido a denuncias de corrupción. Esta vez no pudo ganar en primera vuelta, pero en la segunda triunfo frente al actual presidente del Uruguay, Luis Lacalle Pou.
Vázquez inició su segundo gobierno el 1º de marzo de 2015, otra vez con Danilo Astori como ministro de Economía y Finanzas, aunque en condiciones muy diferentes a 2005. La economía ya no tenía el empuje que durante su primer gobierno. Había claras señales de estancamiento y tenía que hacer frente a una herencia de gastos estatales desmedidos del gobierno de José Mujica. Vázquez llegó a comentar entre sus allegados que Mujica le entregó el gobierno en peores condiciones que Jorge Batlle en 2005.
Después de crecer a casi el 5% promedio anual entre 2003 y 2014, la economía uruguaya planeó a un modesto 1,3% entre 2015 y 2019, incapaz de sostener un voluminoso “Estado de Bienestar”. Si bien la demanda externa por los bienes agroindustriales se mantuvo firme, muchas empresas comenzaron a tener problemas de rentabilidad y el desempleo pasó de 6,6% promedio en 2014 a 10% en febrero de 2020.
.
En su segundo mandato, Vázquez debió recortar gastos, aumentar sustancialmente las tarifas públicas y aplicó un ajuste o “consolidación” fiscal mediante un aumento de tasas e impuestos en la Rendición de Cuentas 2016. Pese a ello, el déficit fiscal continuó en aumento debido a la seguridad social y a una débil recaudación. Pasó de 3,6% del PIB en 2015 a 5% en 2019, y fue financiado con una creciente deuda pública.
Vázquez tampoco contaba con el respaldo unánime del Frente Amplio y su liderazgo había decaído dentro de la izquierda. La señal más clara la recibió después de que el 24 de agosto de 2015 decretara la esencialidad de la enseñanza pública, para enfrentar una ola de paros en reclamo de mejoras presupuestales. Los docentes desafiaron a un gobierno dividido, que finalmente levantó la orden para no sufrir una derrota
El aumento de la criminalidad fue desgastando su segundo gobierno al igual que el fracaso en sus intentos de reformar la educación una de sus promesas electorales más importantes. Poco a poco el gobierno de Vázquez entro en un inmovilismo pese a tener la mayoría parlamentaria. Ese inmovilismo fue en gran parte debido a la oposición dentro de su propio partido a sus planes.
Su esposa, María Auxiliadora Delgado murió la madrugada del 31 de julio de 2019, cuando tenía 82 años, tres más que su marido. Pocos días más tarde, el 20 de agosto de 2019, Tabaré Vázquez anunció en conferencia de prensa que padecía un cáncer de pulmón, y que pretendía terminar su mandato el 1º de marzo de 2020, justo en momentos en que se acercaban las elecciones de octubre de ese año y donde la izquierda después de 15 año veía amenazado su poder.
En la segunda vuelta de esas elecciones el candidato opositor, Luis Lacalle Pou se impuso. Vázquez entrego el gobierno el 1 de marzo de este año. Los relatos periodísticos señalan que Vázquez se mostró amplio y cordial con Lacalle Pou y dio otra muestra de “lealtad institucional” diferente a lo que pasaba en otros países de la región donde la llamada “grieta” crispaba las sociedades como sucedía en la Argentina. Incluso Vázquez y Lacalle Pou concurrieron juntos el 10 de diciembre de 2019 a Buenos Aires, a la toma de mando de Alberto Fernández, y conversaron largamente.
En toda la historia uruguaya solo Vázquez y Julio María Sanguinetti del Partido Colorado han sido elegidos dos veces presidente de la República por el voto directo de la ciudadanía, respetando el intervalo de cinco años, debido a que la reelección inmediata es prohibida por la Constitución. Fructuoso Rivera gobernó también dos períodos (1830-1834 y 1839-1843), pero tras una guerra civil, y José Batlle y Ordóñez (1903-1907 y 1911-1915) lo hizo cuando el primer mandatario era elegido en forma indirecta, por el parlamento. Fuente: Diario EL OBSERVADOR, Montevideo