Enrique Iglesias, expresidente del BID y exsecretario ejecutivo de la CEPAL, así como excanciller del Uruguay fue invitado a ser orador invitado por el Instituto de Estudios Estratégicos y Relaciones Institucionales (IEERI) de Argentina.
Durante la exposición titulada “Proceso de Integración Regional”, señalo al referirse al mundo pos-pandemia que “las transiciones de épocas siempre son tormentosas y muy duras” como ejemplos puso las dos guerras mundiales que dejaron “100 millones de muertes, crisis políticas, un holocausto y un cambio total en la conducción del mundo en los últimos 75 años tuvo tres motores importantes: la tecnología, la globalización y el multilateralismo. Estas fueron las vertientes por donde se desplazó el mundo en los últimos 70 años”.
Para Iglesias “la nueva época comienza por debilitar la paz americana. Se produce la aparición de la competencia de China buscando ser la primera potencia mundial que deja al mundo bipolar con Estados Unidos en la competencia de comercio internacional, pero sobre todo en el campo de la reducción de la pobreza. Con esta pandemia comienzan a aparecer nuevos sectores críticos como los medicamentos que entran en la nueva forma de proteccionismo de la época que estamos viviendo”.
Para el Iglesias, “el impacto que ha traído esta pandemia no es sólo en lo sanitario sino también en lo económico. Nos agarró informados, pero no preparados para encontrar el elemento esencial como la vacuna o un antiviral para enfrentarla. Hay una crisis de oferta y demanda por cierres de empresas y falta de consumo. El comercio, el turismo, el deporte y la cultura se ven afectados como fuentes de empleos que se hace más aguda porque el término del problema no se está pudiendo determinar con precisión. Seguramente como todas las pandemias tendrán un final, que nadie sabe cuándo llegará”.
Dejo ver además su preocupación por que “la Región de América Latina está con un grado de desunión importante. Hoy no veo a América Latina integrada. Hemos tenido frustraciones en el Mercosur que nos dejaron un saldo amargo producidas por las crisis económicas de los países y por ser extremadamente ambiciosos de pensar que íbamos a hacer una integración al estilo de la europea. Hoy es el momento para darle un espacio a la cooperación regional con una agenda compartida que deba referirse a la Asociación Latinoamericana de Integración” (ALADI). Concluyó de forma optimista diciendo “América Latina tiene destino, pero debemos ser pragmáticos con visiones más generales y no quedarnos solo mirando el Mercosur”.