Un informe del diario El País de Madrid recuerda que en medio de la pandemia del Covid-19, América Latina afronta en 15 meses, 10 procesos electorales tanto para elegir presidentes como parlamentarios.
El ciclo electoral comienza con las elecciones presidenciales que se realizarán el día 18 de este mes en Bolivia. La situación no puede ser más compleja. La mezcla de la crisis sanitaria se suma la crisis económica, financiera y social de le región cuando no sumada a situaciones políticas complejas en gran parte de los países.
Cuarenta y cinco millones de personas están en riesgo de pobreza como consecuencia de la peor crisis económica que América Latina ha visto en 100 años, derivada de una pandemia que ha costado ya más de un millón de vidas, señala el informe periodístico.
Dice también que “antes de la covid-19, la región era ya la más desigual del mundo. El virus no solo volvió a poner en primer plano estas desigualdades. Organizaciones multilaterales y expertos coinciden en que la situación empeorará. Además, la riqueza, medida como el producto interno bruto (PIB), caerá este año en un 9,4% de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y para 2021, el crecimiento será de solo el 3,7%”.
Como ya señalamos el 18 de octubre, Bolivia elegirá presidente y parlamentarios, y es esperable una segunda vuelta un mes después. Le sigue una semana después Chile con plebiscito para decidir una nueva constitución. El próximo año habrá elecciones presidenciales en Chile, Ecuador, Perú y Honduras y se espera también en Nicaragua. Habrá por igual elecciones de mitad de mandato en las que el oficialismo en México, Argentina y El Salvador afrontarán comicios parlamentarios y municipales. No se sabe además que pasará fin de este año en Venezuela con las elecciones para elegir congresistas, elecciones que son cuestionadas por la oposición venezolana y la comunidad internacional.
En muchos de los países con elecciones en los próximos 15 meses hay fenómenos donde los partidos políticos han acrecentado su debilidad y los escándalos por actos de corrupción pública están muy presentes. Al igual que manifestaciones pacíficas o violentas como muestras de descontento social y político y una represión policial cuestionada.
“Yo vaticino ciclos más cortos en el poder, con más alternancia, con más caras nuevas, en gran medida provocado por el contexto socioeconómico. A diferencia de los primeros 12 o 14 años de esta década, cuando todavía estaba el boom del material primas y los Gobiernos tenían mucha billetera, los actuales están administrando una crisis”, dijo a El País, Daniel Zovatto, director regional para América Latina y el Caribe de IDEA Internacional.
Comento además que “hay más polarización y hay más fragmentación política, lo que hace más difícil articular consensos, que es lo que la región necesita para avanzar en reformas profundas. Esta es la reconfiguración política que estamos teniendo en América Latina a la luz de lo que hemos visto ahora”.
En tanto, Cynthia Arnson, directora del programa de Latinoamérica del Wilson Center señalo que los candidatos y gobiernos deberán dar respuesta a dos preguntas básicas. Una, ¿qué tan limpio fue el Gobierno durante la crisis? La otra, ¿qué proponen los candidatos para abordar las disparidades económicas? “El coronavirus expuso, quizá como nunca, qué se había hecho en el pasado, las profundas desigualdades en la región” lo que “permite que la condena a la desigualdad y la promesa de hacer algo diferente al respecto, caiga en llamamientos populistas, ya sea de izquierda o de derecha, para hacer algo contra las élites que se han beneficiado”, indico.
Por su parte un informe reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) recuerda una investigación de 2017 que sugiere que la compra de votos es “un fenómeno predominante en muchas democracias de América Latina” y señala que: “La compra de votos como estrategia electoral es más habitual en países donde las promesas de las campañas tienen una credibilidad baja, como en el caso de las democracias de América Latina donde los partidos políticos son débiles”.
Zovatto advierte el peligro que retorne un mayor populismo autoritario. “Frente a esta situación de mucho enojo de mucha fragilidad económica, tal vez la gente diga: ‘Yo quiero un salvador, no quiero un presidente. No quiero un Churchill que me diga sangre, sudor y lágrimas. Lo que quiero es alguien que me diga vente conmigo que yo te protejo y yo te cuido’”, asevera Zovatto. Analistas de la región prevén que en esta situación de crisis seguramente traerá nuevos liderazgos.