Un informe de BBC detalla cuáles son los países de América Latina que más dinero le deben a China y los objetivos de las mismas
En las últimas décadas – dice la nota – China ha exportado cantidades récord de capital al resto del mundo. Sus préstamos directos y créditos comerciales han pasado de ser casi cero en 1998 a más de US$1,6 billones en 2018. Esta cifra equivale al 2% por ciento del PIB mundial.
“Presta dinero porque lo tiene. En julio de 2016, contaba con las mayores reservas de divisas del mundo: US$3,21 billones”, explica en un artículo el periodista Daniel Méndez, quien investigó a fondo el asunto y plasmó sus conclusiones en el libro “136: el plan de China en América Latina”.
A diferencia de lo que sucede con la mayoría de otros países que prestan dinero el capital no son de origen privado, como bancos o inversores particulares. Por el contrario, son fondos encauzados a través de empresas o entidades financieras controladas por el Estado.
Esta contraste, comenta la nota de la agencia británica, es importante porque al contrario que los inversores privados, China con ello no busca solo rentabilidad cuando presta dinero sino influencia política mundial. “Los especialistas coinciden en que los préstamos oficiales siempre tienen detrás un elemento estratégico y ayudan a China a ganar influencia política”
“Ciertamente este flujo de dinero [hacia Latinoamérica] forma parte de la estrategia de internacionalización de China y de expandir su huella en el comercio global, las finanzas o incluso militarmente”, explica a BBC Mundo Christoph Trebesch, analista del centro de investigación Kiel Institute for the World Economy, con sede en Alemania.
Sus principales brazos de inversión son el China Development Bank y el Export-Import Bank of China y a través de ellos el gigante asiático se ha convertido en el banquero de América Latina. El Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) es el banco más grande de China y tiene amplia presencia en América Latina.
La deuda de los cinco países latinoamericanos que más dinero le deben a China es una cifra mayor a US$133.000 millones. El orden de deuda de esos cinco países es: 1) Venezuela, 2) Brasil; 3) Ecuador; 4) Argentina y 5) Bolivia.
Aproximadamente la mitad de la deuda total la tiene Venezuela, que debe US$67.200 millones. En el caso de Ecuador para verlo en perspectiva la cifra de su deuda con China supera al PIB de Ecuador.
En Venezuela los prestamos se han destinado a empresas mixtas formadas por compañías chinas con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
China persigue básicamente en América Latina asegurarse el suministro de recursos y materias primas además de desarrollar nuevos mercados para sus propias mercancías. Un ejemplo de ello – describe el informe de la BBC – son las inversiones en el sector de las infraestructuras destinadas a mejorar el comercio en las vías del océano Pacífico, lo que abarataría costes para las empresas chinas. China tiene especial interés en los puertos.
Brasil debe a China unos US$28.900 millones. Ecuador, S$18.400 millones. Argentina, U$S 16.900 millones y Bolivia, U$S 2.500 millones.
“China te presta el dinero, pero a cambio de que compres materiales a empresas chinas (maquinaria, satélites, trenes, equipos de telecomunicaciones…) o de que determinadas obras de infraestructuras las realicen empresas chinas (presas, carreteras, túneles, líneas de tren, centrales nucleares)”, explica el periodista Daniel Méndez, ya citado anteriormente.
“Tomando en cuenta exclusivamente el número de proyectos individuales que están siendo desarrollados en la región, Bolivia luce como el destino principal para los inversores chinos. Desde 2013, las compañías chinas se han adentrado en más de veinte proyectos de carreteras y puentes en Bolivia”, destaca el centro de estudios Kiel Institute for the World Economy “La inversión china en la región no está exenta de riesgos. Estas preocupaciones han afectado a los proyectos de infraestructura de China en Latinoamérica, generando impedimentos tanto institucionales como públicos en la finalización”, afirma por su parte la consultora Marsh.