La prensa argentina se hizo eco de la columna de opinión publicada en el diario estadounidense The Wall Street Journal ” en su edición del pasado 18 de enero que afirma que Argentina es un campo de pruebas para la campaña mundial de vacunas de Moscú”.
“Argentina es el primer país importante fuera de Rusia que comienza a inocularse con Sputnik a gran escala”, afirma el artículo firmado por dos periodistas, Ryan Dube (en Lima, Peru) y Georgi Kantchev (en Moscú). Agregan que la desinformación que brindó el Estado argentino en diciembre ayudó a que exista “cierta desconfianza entre los argentinos sobre su seguridad”.
La publicación de WSJ explica que la Sputnik V “no ha sido aprobado por las autoridades sanitarias occidentales ni ha recibido la autorización de la OMS, de la que dependen muchos países en desarrollo para examinar las vacunas”. Tampoco aún la investigación ha sido publicada en revistas especializadas, pero el Fondo Ruso de Inversión Directa, aseguró a través de la información que sí envió a la Argentina, que tiene una eficacia del 91,4%.
El gobierno argentino compro dos tandas de la vacuna rusa de 300.000 dosis cada una a la que seguirían 10 millones para una vacunación masiva antes de febrero. A esto se sumarían 5 millones en marzo.
La nota del periódico señala que “El gobierno del presidente Alberto Fernández tiene un acuerdo con AstraZeneca para recibir 22 millones de dosis, pero la fecha de entrega no está clara. Mientras tanto, la vacuna rusa estaba lista”, señala.
WSJ indica que Rusia vendió cada dosis a menos de 10 dólares, por lo que fue “una alternativa atractiva”, frente a su gobierno que “defaulteó 65.000 millones de dólares en deuda externa el año pasado y cuyas reservas netas están cerca de cero, de acuerdo con economistas privados”. Es por eso, indica, que “fue una decisión nacida en la desesperación de un gobierno que falló en asegurar para la población argentina el acceso a vacunas más confiables y efectivas”.
Según el artículo, la venta de vacunas del Fondo Ruso de Inversión, “la convierte [a Rusia] en un importante proveedor que podría darle a Moscú una valiosa porción del mercado mundial de vacunas Covid-19 y potencialmente darle influencia geopolítica en el mundo en desarrollo”. FUENTE: Clarín, La Nación, Infobae, Wall Street Journal