Durante la Asamblea Anual de Gobernadores del BID que se realizó el 20 y 21 de marzo en Barranquilla, Colombia, dice es su Informe Macroeconómico anual que los países “de América Latina y el Caribe necesitan urgentemente implementar reformas fiscales para preparar el terreno para una recuperación sustentable post-COVID”.
El informe del BID parte de “la hipótesis de base del informe es que la región crecerá un 4,1 por ciento este año tras la caída de 7,4 por ciento del año pasado, cuando se produjo el peor desplome anual de que se tenga registro desde 1821. También prevé que esa expansión se desacelere hasta un 2,5 por ciento anual en 2022 y años sucesivos”.
Según el resumen del BID “para que América Latina y el Caribe alcanzar un mayor ritmo de crecimiento, la región necesita implementar una serie de reformas que mejoren la productividad, ayuden a conectar a las empresas a las cadenas globales de valor, y promuevan la economía digital y la creación de empleo en forma inclusiva, sostenible y resiliente”
El informe dice que “las economías de América Latina y el Caribe están emergiendo de la crisis provocada por el coronavirus con altas tasas de desempleo y con sus sistemas de salud exigidos al límite. La crisis ha afectado a las poblaciones vulnerables con mayor severidad, exacerbando aún más las desigualdades de la región”.
El Economista Jefe del BID, Eric Parrado afirmó durante el evento en Colombia que ““América Latina y el Caribe tiene por delante un sendero estrecho, pero claramente definido para salir fortalecida de los shocks sociales y pandémicos de los últimos años”. Agregó que “Los sistemas fiscales saludables pueden ayudarnos a liberar nuestro potencial, apalancando la reasignación de recursos en todos los sectores y así impulsar el crecimiento de la productividad, promover el empleo formal, y lograr un futuro más verde que desafíe la falsa dicotomía entre crecimiento económico y sostenibilidad ambiental”, añadió.
Según el estudio del BID los gobiernos de la región aportaron US$485.000 millones en apoyo fiscal durante la pandemia. Esos aportes fueron en promedio el 8,5% del PIB. No obstante, remarca el BID, fueron pocos los países que aportaron más y dos tercios de estos desembolsaron un apoyo mucho más modesto, del orden del 3% del PIB o aún menos. Esto refleja – indica el BID – “la existencia de espacio fiscal disponible. En contraste, los paquetes fiscales en las economías avanzadas alcanzaron un promedio del 19 por ciento del PIB”.
Otro aspecto que trata el estudio de la situación macroeconómica es el déficit fiscal general el que se elevó al 8,3 % desde el 3% en 2019. La deuda pública de los países de la región creció desde un 58% dos años en 2019 hasta un 72% el año pasado. El BID cree que este aumento seguirá en aumento, alcanzando el 76% en 2023.
En la visión del BID “los países con altos ingresos tributarios y alto nivel de gastos se verían significativamente beneficiados de una mayor eficiencia tanto en el aspecto impositivo como en el de erogaciones”. Dice también que “los ingresos públicos podrían ahorrar más de un 4 por ciento del PIB con un mejor direccionamiento de los programas de transferencia sociales, emparejando los salarios públicos con los del sector privado, y optimizando las compras gubernamentales, entre otras medidas. Los países con baja recaudación tributaria deberían buscar aumentar sus ingresos sin sacrificar el crecimiento. Esos mayores ingresos y ahorros deberían destinarse a proyectos cuidadosamente seleccionados que puedan tener un fuerte impacto social y en el crecimiento, en particular obras de infraestructura necesarias para construir una economía digital que genere más oportunidades laborales para la economía del futuro”.
“Dados los desafíos fiscales y los altos niveles de endeudamiento, la mejora de las instituciones fiscales debería ser un tema de alta prioridad”, dijo Andrew Powell, quien finge como Asesor Principal del BID. “Instituciones más sólidas darían un mayor grado de credibilidad y permitirían un ajuste más gradual con tasas de interés más bajas para asegurar la sostenibilidad de la deuda”, afirmó Powell. El informe macroeconómico del organismo multilateral “recomienda a los gobiernos aprovechar las bajas tasas de interés internacionales vigentes para reducir su pago de intereses, con mayor financiamiento por parte de las instituciones financieras internacionales para reducir los pagos o reemplazar deuda más costosa”.