En un reportaje concedido al Diario Página Siete de La Paz el expresidente Carlos Mesa, principal líder opositor en Bolivia afirmo que el presidente Luis Arce parece aún más convencido del discurso de odio que el propio Evo (Morales)”.
“La persecución a la oposición usa el poder judicial como martillo de represión que sustituye a los tanques de las dictaduras”, dice. Pese al rodillo, la oposición evitó “arbitrariedades mayores”, acuso Mesa
Para el expresidente Mesa “(Evo) Morales sigue siendo el problema principal que tiene Bolivia y que tiene nuestra democracia”. El, Evo Morales, es un presidente en la sombra indica Mesa.
“Ha sido más de lo mismo – sostiene Mesa – con el agravante de que tenemos un presidente nominal, elegido, que es Luis Arce y un presidente en la sombra que es Evo Morales. “Morales sigue siendo el problema principal que tiene Bolivia y nuestra democracia. Morales está condicionando la política boliviana y el funcionamiento del gobierno a sus viejos esquemas en la parte administrativa y en la construcción de una retórica de estatismo y nacionalización que sus propios seguidores no respaldan, como es evidente cuando se toca el bolsillo de la economía informal o de los gremiales en el caso de la ley contra las ganancias ilícitas. Y segundo, desde su propia acción política, hay una obsesión por blanquear el fraude interna internacionalmente; por eso, el invento del golpe y una obsesión enfermiza por volver a la presidencia, independientemente de cualquier costo para el propio país”,
En lo económico Mesa es crítico porque “El presidente Arce sigue actuando económicamente como si estuviera en tiempos de bonanza y no estamos en tiempos de bonanza. Es más centralismo, más estatismo, mayores empresas del Estado, menos incentivo a la inversión privada, poco incentivo al pequeño, micro y mediano empresario. En ese contexto, el escenario a medio plazo no es bueno”. En lo político, la situación la califica de desastrosa por que impera un discurso de odio y de no dialogar con la oposición. Además, en la política internacional ha confrontado permanentemente con la UE y la OEA.